SEÑOR DIRECTOR:
Bernardita, con lágrimas en los ojos, finalmente matricula a su hijo Matías en abril, en el liceo al que no quería acceder, ya que existe violencia sistemática. Jocelyn, mamá de Maximiliano, no encontró más remedio que enviar a su hijo a casas donde imparten clases particulares cobrando $180.000. Mientras tanto, en Antofagasta, alrededor de 40.000 niños solo asistieron a clases unos días en marzo debido a un paro de profesores. Cientos de padres sienten que están mendigando poder entregar educación a sus hijos. Nuestro vínculo con ellos nos permite acceder a la angustia que viven día a día. Todo esto es fruto, de no querer que organizaciones de la sociedad civil participen también en el proceso de entregar educación. Los que nos gobiernan hoy en día, llegaron al poder con su bandera de mejorar en equidad y calidad. Es momento de legislar y corregir el daño. El estado no puede solo. Necesita de privados que los ayude a contribuir en abrir más y mejores escuelas.
María Teresa Romero
Valentina Rebolledo
Jazmin Aravena
Ignacia Godoy
Deborah Nun
Escuelas Abiertas
FUENTE: El Mercurio 9 Abril 2024